La economía circular es un modelo económico sostenible que busca optimizar el uso de los recursos, minimizar los residuos y alargar al máximo la vida útil de los productos, materiales y componentes. A diferencia del modelo lineal tradicional —basado en «extraer, producir, consumir y desechar»— la economía circular propone un sistema regenerativo por diseño, donde todo tiene valor y se reutiliza.
Este enfoque se basa en principios como:
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Reducir el uso de materias primas vírgenes.
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Reutilizar productos y materiales el mayor número de veces posible.
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Reciclar los residuos para convertirlos en nuevos recursos.
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Rediseñar productos y procesos para que sean sostenibles desde el origen.
La economía circular impulsa la innovación, mejora la eficiencia, y contribuye a la lucha contra el cambio climático, siendo clave en la transición hacia una economía más resiliente, inclusiva y respetuosa con el planeta.