La Open Innovation (innovación abierta) es un enfoque estratégico que invita a las organizaciones a ir más allá de los límites internos de I+D y aprovechar activamente ideas, tecnologías y recursos externos —de startups, universidades, socios comerciales, clientes e incluso competidores— para acelerar la creación de nuevos productos, servicios o modelos de negocio. En vez de depender exclusivamente del conocimiento propio, la empresa abre su proceso innovador: comparte desafíos, licencias de propiedad intelectual y datos, colabora en proyectos conjuntos y co-desarrolla soluciones. El objetivo es reducir tiempos y costos de desarrollo, aumentar la tasa de éxito de las iniciativas y capturar valor adicional mediante flujos de ingresos cruzados (royalties, equity, acuerdos de comercialización). Para las startups, la Open Innovation ofrece acceso a la escala, los canales y la credibilidad de corporaciones; para las grandes empresas, aporta agilidad, creatividad y tecnologías emergentes que serían difíciles de generar internamente.