Un SPV (Special Purpose Vehicle o Vehículo de Propósito Especial) es una entidad legal creada con un objetivo específico y limitado, generalmente para aislar riesgos financieros o estructurar una inversión. En el contexto de startups y venture capital, los SPV se utilizan comúnmente para reunir a varios inversores en una única entidad que realiza una inversión colectiva en una empresa emergente. Esto simplifica la gestión captable para la startup y facilita la participación de inversores individuales en rondas de financiación. Los SPV también ofrecen ventajas fiscales, operativas y de protección legal, ya que limitan la responsabilidad de los inversores al capital aportado y separan el riesgo del vehículo del resto de sus activos o inversiones.