Una zombie startup es una empresa emergente que sigue operando pero sin crecer ni generar beneficios sostenibles, sobreviviendo únicamente gracias a financiación externa o reservas pasadas. Aunque no ha cerrado, tampoco muestra señales claras de evolución, escalabilidad ni viabilidad a largo plazo, lo que la sitúa en un estado de estancamiento que la aleja de ser una empresa viva y próspera.